Empezar esta carta es muy difícil, quisiera que siempre estuvieras en carne y hueso para abrazarte, para verte y escucharte, en realidad lo que quiero decirte es que siempre vas a estar conmigo porque nunca voy a olvidar tu cariño, las acrobacias en la playa cuando nosotros, tus hijos, éramos unos niños, creo que por eso el mar y la arena para mi, son símbolos de felicidad plena. Los tangos que cantabas en la ducha, tus silbidos más melodiosos que tu voz, tu acompañamiento en un momento en el que estuve perdida y paralizada y tu me guiaste y me dijiste que dp me daría cuenta que era la mejor decisión que se podía tomar, te escribí una carta describiendo la sensación que me invadía, de eso hace 40 años, creo, app, hoy estás enfermo, callado, sin quejarte, aceptando lo inaceptable, cosa que me cuesta aprender, quisiera aprender de verdad a tener esa seguridad, de que lo que debe pasar pasará, que la muerte va junto con la vida, que tu presencia siempre estará conmigo, eso lo sé, lo que me duele es q no veré tu mirada, ni tu forma de caminar, cansado en esta etapa, debo ser fuerte y apoyarte, no quiero verte sufrir, no quiero que te duela la enfermedad, has sido un hombre bueno, con tus luces claras y aquellas no tanto, eres un ejemplo de resiliencia, y eso debo honrarlo, honrarte como padre, como humano, despedirte como tu lo mereces, sin sujetarte, sin presionarte, dejar que tu merecido descanso te abrace amorosamente, tu alma quedará entre nosotros, los que te conocimos, y te quisimos, esperando no olvidar ni tu sonrisa ni tus tristezas, aceptando los días buenos y los no tanto,..
martes, 30 de septiembre de 2025
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