domingo, 13 de julio de 2025

 Iba en la micro, los ojos me picaban, el pecho apretado, "un viejo blues, me hizo recordar...momentos de la vida... Charly me cantaba al oído, mis lágrimas seguían la melodía, junto a Charly y Pappo, me sentí feliz por un rato, la micro avanzaba y las ventanas me mostraban cuadros de personas tristes, apuradas, el paradero del Sanatorio, siempre lleno, gente con carpetas de exámenes, madres ancianas con hijas intercambiando  roles, Mierda! el chofer se pone a pelear con un colega que le rompe el espejo de rabia, se tratan a garabatos, trenzados en una discusón violenta y odiosa, Charly me canta más fuerte, vuelvo a sentirme feliz, paso por esa iglesia q simula ser de piedras, ahí estuve por última vez cuando el cuerpo de Ernesto no se enfríaba del todo supongo, me persigno, cosa que nunca hago, pero algo me dice que Ernesto sigue ahí y me ve, así q lo saludo sintiendo su cariño de vuelta. Ahora veo el mar por la ventana, brillando azul, los barcos flotan, y los borrachos en la calle también. Me gustan los puertos, rudos, apasionados, vividos y recorridos por almas de mujeres atrevidas, sin miedo a ser lo que son, lo que pueden o quieren ser, al final, tienen q comer no? alimentar a sus familias, educar a sus hijos, la micro sube lenta y trabajosamente esa cuesta tan empinada que pareciera no dejarla avanzar, igual que la opresión en mi pecho.

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