viernes, 16 de noviembre de 2018
Rectángulo
En un rectángulo de 10 por 15 cms, una mujer rubia, hace una mueca que quiere ser una sonrisa, apenas siente el click, retoma su expresión vacía, a su lado, una anciana con el alma extraviada en una vida que no recuerda. Un niño, sonríe mirando a ninguna parte, buscando una seguridad que nadie le entrega. El hombre detrás del niño, piensa qué diablos hago aquí...
Círculos
El eterno retorno, tarde o temprano nos encontraremos con quienes estamos conectadxs, he sentido ese latido cuando veo a alguien por primera vez, es maravilloso, no siempre es comprensible, a veces lxs conectadxs se asustan, se escapan, a veces las conexiones no están cicatrizadas, duelen, a veces son violentas, lxs conectadxs lo saben, y solo esperan cuando el otro se va, porque sabe que no se pierden, siguen orbitando para volver a encontrarse.
El eterno retorno, tarde o temprano nos encontraremos con quienes estamos conectadxs, he sentido ese latido cuando veo a alguien por primera vez, es maravilloso, no siempre es comprensible, a veces lxs conectadxs se asustan, se escapan, a veces las conexiones no están cicatrizadas, duelen, a veces son violentas, lxs conectadxs lo saben, y solo esperan cuando el otro se va, porque sabe que no se pierden, siguen orbitando para volver a encontrarse.
Triángulos
Un triángulo de maleza y matorral, las hace de casa, la veo todos los días cuando voy y vuelvo desde la casa al trabajo y del trabajo a la casa, círculo eterno del retorno.
El hombre se despierta temprano, lo veo contemplando la mañana, tiene puesta una bandera chilena de la que poco queda, está deshilachada, desteñida, pero sigue firme en un palo de colihue, o un tubo de pvc quizás, no se distingue bien, a veces tiene su ropa tendida al sol, alrededor, la ciudad sigue su movimiento, y el hombre contempla y pasa los días.
Un triángulo de maleza y matorral, las hace de casa, la veo todos los días cuando voy y vuelvo desde la casa al trabajo y del trabajo a la casa, círculo eterno del retorno.
El hombre se despierta temprano, lo veo contemplando la mañana, tiene puesta una bandera chilena de la que poco queda, está deshilachada, desteñida, pero sigue firme en un palo de colihue, o un tubo de pvc quizás, no se distingue bien, a veces tiene su ropa tendida al sol, alrededor, la ciudad sigue su movimiento, y el hombre contempla y pasa los días.
miércoles, 14 de noviembre de 2018
Navegando en aguas profundas, con un
llanto que borbotea, mordiendo cada pedacito de piel esculpido con
vivencias, desde la punta del dedo al último pelo de tu cabeza, da lo
mismo si se logró lo que se quería, la cosa es dejar el cuerpo, el alma y los
pies en la lucha, la que sea que se emprenda, si se consiguió o no el objetivo,
no importa, la vida es muy corta para ver resultados, la pasión que ponemos en
lograrlo es el cincel con que tallamos nuestros días, la urgencia y la acción
es más importante que llegar a la cúspide, caerse y equivocarse son los
peldaños que subiremos y bajaremos cada día de nuestras vidas, la carcajada
limpia, a todo volumen, las canciones cantadas con el alma, los brazos abiertos
a lo que sea, o cerrados protegiendo nuestros secretos, el sudor pegoteado en
la espera y el ansia por vivir los días sin parar, nunca un café tendrá el
mismo sabor que el primero que tomaste, pero vendrán muchos más, muchos
inviernos te asustarán hasta darte cuenta que siempre se terminan, para volver
en 365 días más.
Nos enseñan a temer, al distinto, al amor,
a la libertad, a la igualdad, el único miedo que quisiera tener es el de no
atreverme, quien no se atreve muere en vida, se paraliza ¿y eso? Eso si que no,
cada uno dibuja o hace la foto que quiere,
para que repetirlas, que triste darse cuenta que como tu hay miles, millones
repitiendo el mismo esquema, los rebaños son cadáveres, las bandadas banderas
al sol, volantines en primavera, los peces danzan su propio baile debajo de las
olas que danzan al aire libre.
lunes, 5 de noviembre de 2018
Azadonazo tras otro, lucha sin cuartel para arrancar la alfombra de costras, mutilar chocos, troncos y cortezas de dolores pasados, de ataques a mansalva, de batallas libradas entre trozos de carne y miembros latiendo, vida cuchepa .
Eliminar esas malezas perennes, se había convertido en la razón
de ser esa mañana, con un sol farsante, Rulfiano, esa misma amargura y desazón
se había apoderado de sus respiros mañaneros. A uña viva, desenterraba los terrones que sostenían las
raíces de la maleza, a ver si lograba despejar el paisaje frente a sus ojos.
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