Navegando en aguas profundas, con un
llanto que borbotea, mordiendo cada pedacito de piel esculpido con
vivencias, desde la punta del dedo al último pelo de tu cabeza, da lo
mismo si se logró lo que se quería, la cosa es dejar el cuerpo, el alma y los
pies en la lucha, la que sea que se emprenda, si se consiguió o no el objetivo,
no importa, la vida es muy corta para ver resultados, la pasión que ponemos en
lograrlo es el cincel con que tallamos nuestros días, la urgencia y la acción
es más importante que llegar a la cúspide, caerse y equivocarse son los
peldaños que subiremos y bajaremos cada día de nuestras vidas, la carcajada
limpia, a todo volumen, las canciones cantadas con el alma, los brazos abiertos
a lo que sea, o cerrados protegiendo nuestros secretos, el sudor pegoteado en
la espera y el ansia por vivir los días sin parar, nunca un café tendrá el
mismo sabor que el primero que tomaste, pero vendrán muchos más, muchos
inviernos te asustarán hasta darte cuenta que siempre se terminan, para volver
en 365 días más.
Nos enseñan a temer, al distinto, al amor,
a la libertad, a la igualdad, el único miedo que quisiera tener es el de no
atreverme, quien no se atreve muere en vida, se paraliza ¿y eso? Eso si que no,
cada uno dibuja o hace la foto que quiere,
para que repetirlas, que triste darse cuenta que como tu hay miles, millones
repitiendo el mismo esquema, los rebaños son cadáveres, las bandadas banderas
al sol, volantines en primavera, los peces danzan su propio baile debajo de las
olas que danzan al aire libre.
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